¿Qué es la Due Diligence?
El término Due Diligence o Diligencia Debida, es un procedimiento esencial que debe realizarse antes de tomar decisiones estratégicas de gran envergadura. Un informe de este tipo se realiza por ejemplo, cuando hay inversores interesados en acudir a rondas de inversión, antes de un proceso de compra o en un cambio de órgano de administración.
También puede realizarse en el entorno familiar cuando hay un negocio familiar que se prevé, vaya a dividirse entre varios herederos y pueden existir distorsiones en la percepción de su valor o complejidad.
Este meticuloso proceso, llevado a cabo por expertos externos, comúnmente consultores especializados, abarca un análisis exhaustivo de diversos aspectos legales, financieros y operativos de una empresa.
El objetivo primordial de esta evaluación detallada es conocer todos los detalles de la operación y evitar sorpresas. Se trata de un análisis mucho más en profundidad que una auditoría.
La comprensión minuciosa del valor y la viabilidad de la empresa objetivo se vuelve fundamental para la toma de decisiones informadas. Sin embargo, para llevar a cabo este proceso de manera efectiva, es imperativo contar con la colaboración plena y activa por parte del vendedor.
¿Qué aspectos debe valorar una due diligence?
Una due diligence no solo permite a los inversores y posibles compradores conocer en profundidad el estado de una empresa, su funcionamiento o modelo de negocio, sino que también ayuda a los emprendedores a identificar áreas de mejora dentro de la firma.
Para que sea de utilidad, es imprescindible que se haga un análisis de manera exhaustiva y transparente, por lo que la parte examinada no debe ocultar o tergiversar la información. Esta investigación minuciosa debe incorporar un análisis meticuloso de diversos aspectos críticos de la empresa bajo evaluación, pudiendo destacar los siguientes:
- Estado financiero: Evaluación exhaustiva de la información financiera de la empresa, abarcando aspectos como impuestos, contabilidad y rendimiento en ventas.
- Situación legal: Análisis detallado de contratos, licencias, cumplimiento normativo, obligaciones legales previas y litigios pendientes.
- Situación fiscal: Revisión minuciosa del cumplimiento de obligaciones fiscales, identificación de posibles riesgos y oportunidades de optimización.
- Situación laboral: Estudio del organigrama, contratos laborales, condiciones de empleo y estructura salarial.
- Aspectos tecnológicos: Evaluación integral de las herramientas digitales utilizadas, su nivel de actualización y las medidas de seguridad implementadas.
- Situación inmobiliaria: Examen detallado del estado y valoración de las propiedades de la empresa, así como su idoneidad para la inversión.
- Estudio de mercado: Análisis estratégico de la competencia, la posición de la empresa en el mercado y las tendencias en el sector.
Con la información adecuada a disposición una due diligence, suele durar alrededor de 2 a 3 semanas. Mientras que si se necesita para completar una operación de venta tarda alrededor de 1 mes.
En resumen
La due diligence proporciona una visión precisa de la empresa, identificando riesgos en procesos de compra-venta, rondas de inversión o cambios administrativos. Además, ofrece información valiosa sobre el mercado, reduce riesgos legales y sirve como base para futuros planes de negocio. En última instancia, garantiza seguridad al comprador y previene inversiones inciertas.