Si no estás inmerso en el mundo de los deportes puede que no sepas a qué nos referimos cuando hablamos de cláusula de rescisión. La cláusula de rescisión hace referencia a las disposiciones contractuales de trabajo de los deportistas profesionales con los clubes que los representan. Lo que se obtiene de esta disposición es una suma prefijada de dinero que se le asegura al club en el caso de que se finalice el contrato de trabajo entre ambas partes de manera anticipada.
En esta entrada, te contaremos todo lo que tienes que saber sobre las cláusulas de rescisión: qué son, para qué sirven, y cómo funcionan.
¿Qué es la cláusula de rescisión?
Como mencionamos al comienzo, la cláusula de rescisión le asegura al club una indemnización prefijada en el caso de que el jugador sea contratado por otro club para ser representado. Esa suma de dinero la tiene que afrontar el nuevo club que quiere representar al jugador.
Ahora bien, si te preguntas si esta cláusula se da en todos los países, la respuesta es no. La cláusula de rescisión tiene lugar en España, país que de hecho tiene las cláusulas más altas del fútbol a nivel mundial. Pero no se da en países como Alemania, Francia, Inglaterra, o Italia. Justamente, la cláusula de rescisión nació en España en 1985, y está regulada en el Real Decreto 1006/1985, que es la norma que reglamenta la relación laboral de los deportistas profesionales. Cabe señalar que la cláusula aplica no solo al fútbol sino a cualquier deporte en el que el jugador profesional reciba una retribución por ser representado por un club determinado.
¿Para qué sirve la cláusula de rescisión?
La regulación del Real Decreto 1006/1985 exige que los contratos duren un tiempo determinado, lo que le permite al deportista profesional experimentar su carrera en diferentes clubes para que pueda mejorar sus condiciones económicas a medida que progrese su rendimiento. En este sentido, la cláusula de rescisión se diferencia en gran medida del contrato laboral convencional, ya que el deportista no puede cesar el contrato por voluntad propia, a diferencia de un trabajador ordinario, sino que debe esperar a que rescinda el contrato. En este sentido, la cláusula justamente le otorga al jugador la posibilidad de desvincularse del club pese a tener su contrato vigente.
¿Cómo se calcula el importe de la indemnización?
Ahora que ya analizamos qué es la cláusula de rescisión, cómo se enmarca legalmente y para qué sirve, veamos cómo funciona y cómo se calcula el importe de la indemnización. El monto, previamente pactado en el contrato, es una cifra libre de impuestos, y por lo general se calcula en función de la remuneración que recibe el jugador y de la cantidad de años de permanencia en el club. Este importe no siempre se hace público. Además, es habitual que el monto se prevea en los contratos en distintas cantidades en función del momento en que se produzca el cese, de la categoría del club, o también en función del nuevo club. Cabe destacar también que los tribunales de trabajo pueden hacer uso de su función moderadora, y disminuir el importe de la cláusula de rescisión fijado en el contrato.
Debes saber también que el decreto en cuestión establece que en los casos en los que no se llegue a un acuerdo entre el deportista y el club, la justicia determina la suma de la indemnización. El juez debe analizar las circunstancias del hecho, el perjuicio causado al club y demás variables para fijar el monto.
¿Cómo funciona la cláusula de rescisión?
El pago de la indemnización lo realiza el jugador a través de un depósito en la Liga de Fútbol Profesional. Es decir, el deportista que rompe unilateralmente el contrato previo a su vencimiento le paga al club en el que estuvo participando. Luego, el nuevo club que represente al deportista en el plazo de un año desde la fecha de cese del contrato, va a ser el responsable subsidiario del pago de la cláusula. Esto significa que el nuevo club solamente paga en caso de insolvencia del deportista, que es la persona obligada al pago.
Una vez depositado el dinero, el deportista queda libre para formar parte del nuevo club. Cabe destacar que las cláusulas por lo general presentan importes tan elevados. Esto genera que un tercer club interesado en el jugador también se sume a negociar un precio por él.
En el caso en el que el contrato se rompa en conjunto por ambos clubes y por el deportista. Pueden decidir entre las tres partes la fecha de fin de contrato y el importe de traspaso acordado.
Ahora bien, en el caso en el que un club esté interesado en representar a un deportista antes de que finalice el contrato con su club actual, y que el club actual no quiera acordar un importe de traspaso, lo negociarán entonces entre el deportista y el nuevo club. Esto implica intervenciones fiscales, ya que el importe pasa a considerarse como un salario, lo que significa que se debería tributar por él. Es por esta razón, que muchos pagos de cláusulas de rescisión terminan como traspasos al mismo valor de la cláusula de rescisión para evitar las cuestiones fiscales.
Resumen
Como pudimos ver a lo largo de esta entrada, la cláusula de rescisión es una manera a través de la cual los clubes tratan de evitar que se les escapen sus mejores jugadores. Es decir, gracias a la cláusula de rescisión, los clubes se aseguran una retribución económica en los casos en los que otros clubes más grandes quieren captar a sus jugadores.
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